martes, 24 de abril de 2012

HABITANTE DE LA INDIA EN EL IMPERIO BRITANICO


El Imperio británico comprendió los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y XX.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el Imperio británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y unos 31.700.000 km, lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas.
Indio es, en el sentido original, el habitante nativo de la India, o perteneciente o relativo a este país de Asia; si bien en varios países americanos se prefiere para este caso el término hindú, debido al hecho de que la mayoría de la población de la India profesa el hinduismo, junto con el deseo de evitar la ambigüedad del gentilicio indio usado para designar a los aborígenes del continente americano.
En el árido desierto norteamericano compartían territorio tribus tan dispares como apaches, navajos, hopis, seris, tarahumaras...

Esta región no tiene límites concretos pero se suele determinar por los actuales estados de Arizona y Nuevo Méjico (E.E.U.U.), y Sonora y parte de Chihualhua (Méjico). Aquí, al contrario que en otras partes de Norteamérica, más de 25 grupos han sobrevivido a la masacre que supuso la expansión europea, y han podido permanecer en sus tierras ancestrales conservando sus costumbres. Estos grupos representan casi las tres cuartas partes de las culturas nativas que poblaban la región a la llegada de los exploradores españoles.
Esta zona de geografía variada ha supuesto grandes adaptaciones y ha generado un enorme amor a la tierra que compartieron todas sus gentes. A mediados del siglo XVI estaba habitada por numerosos grupos. Algunos eran agricultores y vivían en ciudades, otros cazaban e incluso atacaban otros campamentos, o vivían en pequeñas bandas y se dedicaban a la caza y recolección. Hablaban gran variedad de lenguas y tenían formas de vida muy diferentes.

sábado, 14 de abril de 2012

ARTISTAS

MONET: Impresión, Sol naciente.
MILLET: El Ángelus, La muerte y el leñador.
MEUNIER: Cheval a l'abreuvoir.
COURBET: Zorro en la nieve.
MATISSE: Mujer con sombrero.
MARINETTI: Les vieux marins.
BRAQUE: Señoritas de Aviñón.
HECKEL: Erich Heckel.
SIGNAC: Palacio de los papas en Aviñón.

REALISMO

El realismo es una corriente estética que supuso una ruptura con el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en el tercio central del siglo XIX.

Los rasgos fundamentales del Realismo son los siguientes:

  • Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad
  • Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y social en el marco del devenir histórico.
  • Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
  • El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e interactúan influyendo en otros.
  • Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
  • El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
  • Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible.